Acabo de llegar de la redacción. Ha sido un día tenso, pero curiosamente no enloquecido. Lo comentaba un compañero, 'esto no se parece nada a lo del 11 de Marzo'. Es cierto, el 11-M fue una locura de informaciones que no dejaban de llegar de todas partes: declaraciones, pistas, testimonios, reacciones oficiales y oficiosas, el número de muertos y heridos creciendo en un goteo incesante...

Sin embargo en esta ocasión ha sido muy distinto. Y no es solo el mutismo que han mantenido las autoridades británicas a la hora de dar cifras. Es que toda la comunicación se ha dado de forma mucho más ordenada. Ni siquiera han salido por agencias casi fotos de heridos (por cierto, las fotos han sido muy malas).
Por otra parte, la decisión automática del Gobierno británico de cortar las comunicaciones por móvil ha sido muy inteligente. En primer lugar, abortaron la posibilidad de que se volviera a accionar otra bomba por el método de la llamada telefónica a un móvil conectado a una bomba. Además redujeron el riesgo de histeria colectiva de una ciudad de 7 millones de personas todas llamándose a todas a la vez.

Tremendas las imágenes de TV con la gente volviendo a pie a sus casas. Hay que tener en cuenta que Londres es una ciudad inmensa, con mucha gente pero una densidad de población por kilómetro cuadrado bastante baja. No es nada exagerado pensar que algunos hayan tenido que caminar 3, 4 o 5 horas para ir desde sus trabajos a sus casas.

Lo que más me ha gustado ha sido un tipo de la policía que informó de la cifra de víctimas del atentado. Le preguntaron si ya se daba por probada la autoría del terrorismo islámico. Entonces el tipo le dijo a la periodista que había que tener mucho cuidado con asociar tan fácilmente los terminos islámico y terrorista, que una cosa no presuponía la otra.

Xx