Por unos momento quise que el suelo se abriera bajo mis pies y me comiera. Estaba haciendo el tonto con mi nueva cámara digital y se me ocurrió consultar la memoria libre que tenía la tarjeta.

Exacto: le di al botón que no era y lo borré todo.

Pero todo: las fotos de Vigo, Pontevedra, el concierto de Antony & the Johnsons, de la cena de anoche en la casa de Fuco... pero sobre todo había borrado las fotos de la niña de Carlos. Me deberían penalizar por patoso. Suerte que la ciencia avanza que es una barbaridad y me las han podido recuperar.

A partir de ahora, a ser más cuidadoso.

Xx