Hay algo que no fuciona cuando escucho un disco español cantado en inglés: no me lo acabo de creer. Supongo que es el acento tiene algo que ver, unido a que estos grupos habitualmente suenan demasido similares a otros estadounidenses o británicos.

Pero me encuentro ahora frente al tercer disco de los madrileños Jet Lag (de mismo título y publicado en Bitersweet Recordings). Se cumple el presupuesto principal: su sonido es un pop-rock de apariencia orquestada y aroma clásico, que recuerda a alguno de los momentos más relajados de la música de grupos como Flaming Lips, Mercury Rev o Wilco.

Pero por otra parte hay que reconocer que Jet Lag suena condenadamente bien. No es un simple pastiche bien elaborado a partir del sonido de sus bandas favoritas.

Las escobillas a lo Baladamenti de 'Snipers shoot stars', los medios tiempos (perfectos para escuchar durante el atardecer) de 'Sleepless' o 'Let's get lost' o los juegos de voz chico-chica ('the sea below', con Stacey Earle) muestran que el grupo tiene personalidad, exhibe gusto y, lo que es más importante, que sabe escribir canciones y dotar de unidad a un disco.

Lo acepto encantado: me han ganado. Subo el portón de mi muralla y les dejo pasar.

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