No todo van a ser blogs o correos electrónicos o SMS. No solo vamos a poder contar cosas chillando, hablando por el móvil o con susurros a baja luz. No todos los cuadros están en los museos, casas particulares o galerías. Muchas veces las mejores ilustraciones no están en la revista de tendencia, ni el dibujo que editorializa lo firma siempre El Roto o el fulano de Le Monde.

La calle es de todos. El único espacio de convivencia que tenemos en realidad. Para contar un chiste, para acusar, para proclamar, para hacerse notar porque sí, para recordar a aquel personaje de aquella película, para desubicar los iconos y cambiarles el sentido.

O mejor aún, para contar un secreto, que miles de personas pasen por delante cada día y solo se den cuenta quienes quieran enterarse.


Lo vi por la calle, en Flickr.


Xx