Que va, todo lo contrario. En este cómic del francés Étienne Davodeau lo que abunda es la buena gente.

Se trata (salvo error) del primer trabajo completo editado en España (Ponent Mon) de uno de los jóvenes autores más laureados de Francia, y cuenta la historia del movimiento obrero en una región rural de Francia a través de las vivencias de sus padres, así como familiares y amigos de estos. De hecho parte del cómic consiste en mostrar las conversaciones del autor con sus fuentes de documentación. Se trata de los años que van de finales de los 50 hasta la llegada al poder de Mitterrand.

El dibujo mezcla el realismo con una frescura que tiene algo de boceto. El guión (premiado en Agolulême este mismo año) salta con brillantez y naturalidad del presente al pasado, de la narración en primera persona de los recuerdos de alguno de aquellos campesinos a los momentos, a la historia de cómo se escribe el cómic, de cómo el autor conversa con sus padres. Todos son protagonistas: el Davodeau, sus padres, el cura obrero, las revistas de la época, los ladrillos de la fábrica y el televisor que aquel 10 de mayo de 1981 les anunció que toda su lucha había tenido, al menos, un resultado.

Xx