Entraron a trabajar en Telefónica siendo unas muchachillas hace treinta años. Tenían que permanecer solteras porque estaba mal visto que una casada trabajara de telefonista. En caso de encontrar al hombre de su vida se las recolocaba en la compañía y tan contentas.

Ahora algunas de ellas siguen allí. Llevan directamente las líneas telefónicas de gente de alto rango. Son telefonistas como las de las películas, conectando este cable en aquella clavija.
- Perdone, señorita, conécteme con el presidente de Fenosa.
- Sí, caballero, en breves instantes.

Auténtica comunicación 'vintage'.

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