Mis tuppers

Colección de las comidas que me llevo al trabajo en tupper. Pincha en la imagen para ver toda la serie. Patatas violeta, coliflor verde y zanahorias al vapor Xx

Canciones del año

Top 15
1. TNGHT (Hudson Mohawke & Lunice): "Higher Ground"
2. Frank Ocean: "Pyramids"
3. Nicki Minaj: "Beez In The Trap"
4. Wild Belle: "Keep You"
5. The xx: "Angels"
6. Hospitality: "Liberal Arts"
7. Sinead O’Connor: "4th And Vine"
8. Ariel Pink's Haunted Graffiti: "Only In My Dreams"
9. Jonathan Boulet: "This Song Is Called Ragged"
10. Angel Olsen: "Acrobat"
11. Baauer: "Harlem Shake"
12. David Byrne & St. Vincent: "Who"
13. Hiatus Kaiyote: "Nakamarra"
14. Kindness: "House"
15. Kitty Pryde & Beautiful Lou: "Okay Cupid"

Otras 35 canciones destacadas (orden alfabético)
- Alex Winston: "Velvet Elvis"
- Baauer: "Dum Dum"
- Beach House: "Myth"
- Carly Rae Jepsen: "Call Me Maybe"
- Chromatics: "Lady"
- Crybaby: "I Cherish The Heartbreak More Than The Love That I Lost"
- Dan Deacon: "Lots"
- Debo Band: "Asha Gedawo"
- Dirty Projectors: "About To Die"
- DJ Davis & The Brassy Knoll: "Road Home"
- Frank Ocean: "Thinkin Bout You"
- Grizzly Bear: "Yet Again"
- Guilty Simpson: "Unbelievable"
- How To Dress Well: "& It Was U"
- Jai Paul: "Jasmine"
- Janka Nabay and the Bubu Gang: "Ro Lungi"
- Jessie Ware: "Wildest Moments"
- Julia Holter: "In the Same Room"
- Kanye West, Jay Z, Big Sean: "Clique"
- Lee 'Scratch' Perry: "Rastafari"
- Lianne La Havas: "Forget"
- Lotus Plaza: "Strangers"
- Machinedrum: "SXLND"
- Miguel: "Adorn"
- Nas: "Accident Murderers"
- Passion Pit: "Take A Walk"
- Quakers: "Fitta Happier"
- Spiritualized: "Hey Jane"
- Tame Impala: "Feels Like We Only Go Backwards"
- Tanlines: "Green Grass"
- The Vaccines: "No Hope"
- Twin Shadow: "Golden Light"
- Wiley: "Boom Blast"
- Willis Earl Beal: "Evening’s Kiss"
- Willy Moon: "Yeah Yeah"

Lista de Spotify con estas 50 canciones (menos la de Wild Belle)


Mejor canción del 2011 que descubrí en 2012: - Azealia Banks: "212"

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Discos del año

Top 10
1. Frank Ocean: "channel ORANGE"
2. Swans: "The Seer"
3. Burial: "Kindred"
4. Beach House: "Bloom"
5. Goodspeed You! Black Emperor: "Allelujah! Don't Bend! Ascend!"
6. Kendrick Lamar: "good kid, m.A.A.d city"
7. Scott Walker: "Bish Bosch"
8. The Xx: "Coexist"
9. Fionna Apple: "The Idler Wheel Is Wiser..."
10. Cloud Nothings: "Attack On Memory"

Otros 30 discos destacados (Orden alfabético)
- Andy Stott: "Luxury Problems"
- Angel Olsen: "Half Way Home"
- Bat For Lashes: "The Haunted Man"
- Bill Fay: "Life Is People"
- Bob Dylan: "Tempest"
- Chromatics: "Kill For Love"
- Diiv: "Oshin"
- Dirty Projectors: "Swing Lo Magellan"
- Dominique A: "Vers Les Lueurs"
- Dr. John: "Locked Down"
- Dustin Wong: "Dreams Say, View, Create, Shadow Leads"
- Grizzly Bear: "Shields"
- Janka Nabay: "En Yay Sah"
- Julia Holter: "Ekstasis"
- Jessica Pratt: "Jessica Pratt"
- Laurel Halo: "Quarantine"
- Lee Gamble: "Dutch Tvashar Plumes"
- Lee Scratch Perry & The Orb: "Presents The Observer In The Star House" + Lee Scratch Perry & ERM: "Humanicity"
- Leonard Cohen: "Old Ideas"
- Mac Demarco: "2"
- Mala: "Mala In Cuba"
- Oren Ambarchi: "Saggitarian Domain"
- Sam Lee: "Ground of its own"
- Sharon Van Etten: "Tramp"
- SpaceGhostPurr: "Mysterious Phonk: The Chronicles of SpaceGhostPurr"
- Spiritualized: "Sweet Heart Sweet Light"
- Schoolboy Q: "Habits & Contradictions"
- THEESatisfaction: "awE naturalE"
- Tindersticks: "The Something Rain"
- Ty Segall Band: "Slaughterhouse"

Lista de Spotify con los discos (menos el de Andy Stott)
Lista con otros discos que me han gustado durante el año.

Mejor disco del 2011 que descubrí en 2012:
- The Caretaker: "An Empty Bliss Beyond This World"

 Este año no he escuchado los suficientes discos españoles como para poder hacer una lista mínimamente decente, así que la dejo desierta.

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Propósitos de año nuevo

Happy 2013!! from seretuaccidente on Vimeo.


- Dormir una hora más al día.
- Pasar tiempo no haciendo nada.
- Separar mejor los momentos de estar atento al trabajo y los de no estarlo.
- Grabar un vídeo al mes.
- Hacer un par de historias de audio durante 2013.
- Ver su si supero mi adicción al chocolate, pero poco a poco.
- Perder un poco de inocencia a cambio de hacer menos el tonto.
- Leer (y entender) un tercio del "On Food And Cooking" de Harold McGee.
- Siempre, viajar.

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Tailandia - Laos: día 13

Tenía muchos planes para Chinatown, pero mi estómago y mi cansancio dicen 'no'. Además, es todo un placer pasar el día en casa en compañía de Lady M. Doy un mini-paseo por su zona (Ari) y me sorprendo al ver la cantidad de restaurantes japoneses que hay en una pequeña zona comercial cerca del piso. De alguna forma, tanto la posición económica de Tailandia como la querencia de los productos tecnológicos y la preocupación por la moda, colocan a los tailandeses (sobre todo a las tailandesas) como una especie de fans copiones de los japoneses. Incluso el incipiente pop tailandés (muyyyyy azucarado) tiene mucho que ver con el J-pop.

Salimos de casa para comer, en un sitio delicioso de fidéos ramen en Japantown (ya puestos). Vamos a varias tienditas (japonesas y coreanas) de decoración y cosas varias para la casa y descansamos en un pequeño pero muy cuco parque (Benchasiri).

Luego nos encontramos con fuerzas para visitar un nuevo centro comercial temático (Terminal 21), que dedica cada piso a una ciudad distinta (bueno, San Francisco tiene dos pisos de restaurantes). No se trata, como podría parecer, de que en cada piso tengan tiendas del lugar o relacionadas, sino simplemente de decorar cada piso con motivos que recuerden a la ciudad en cuestión. No tenía mucha gracia, la verdad.

De vuelta a casa Lady M. insiste en que ningún viaje a Bangkok está completo (como si el mío estuviese a punto de estarlo) sin un paseo en moto-taxi: un motorista que te lleva de paquete de un barrio a otro, para trayectos un poco largos como para hacerlos a pie pero no tan largos como para que valga la pena pillar un taxi o el metro. Pese a todos mis temores, el conductor es más bien prudente y no acabo en el suelo (que nadie piense que esta gente lleva casco, ni para ellos).

Cierro las maletas y me vuelvo al aeropuerto, donde algún famoso local hace acto de presencia, ya que se empiezan a escuchar grititos histéricos de fan, y me dispongo a hacer un viaje nocturno de trece horas y media en las que duermo prácticamente de un tirón.

Tras recoger el equipaje en Barajas salgo a por el bus y el frío me recuerda que he cambiado de continente y de climatología.

Al rato empieza a ser un poco como si no me hubiese ido nunca, pero sé que en unos días (o meses) empezarán a volver a mi cabeza las imágenes, sonidos y olores de los mercados de comida callejeros, de los templos y del barco sobre el Mekong, y que aunque ahora piense que todo se ha esfumado, algo en mí habrá cambiado para siempre en esos 13 días.

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Tailandia - Laos: día 12

Hay ciertos mandamientos que todo 'farang' haciendo turismo debe respetar en lugares como el sudeste asiático: viajar con las pertinentes vacunas, mostrar respeto hacia las costumbres y usos sociales del lugar y no beber agua que no venga de una botella precintada. Apenas una hora antes de salir de Laos incumplí la tercera y mi estómago lo pagó el siguiente día y medio.

Volví a Bangkok, que me resultó el más absoluto de los caos (calor, humedad, barullo, mil sonidos...) comparado con la paz de Luang Prabang. Bangkok
Hice unas últimas compras en un centro comercial, que es otra de las cosas que no se deberían hacer si te sientes cansado o algo pachucho, porque esos lugares son una pesadilla de reclamos sensoriales, absolutamente repletas de gente.

Sobrevivo y vuelvo al piso de Lady M., donde me tiro un rato—tras el correspondiente zumo de clementina y agua de coco—antes de sacar fuerzas de flaqueza y salir a cenar con ella y una amiga a un restaurante de moda llamado Quince ('membrillo') que sirve cocina internacional.Una noche deliciosa.

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Tailandia - Laos: día 11

A primera hora me voy hasta el Palacio Real. No deja de ser curioso que un país comunista muestre la casa de sus antiguos monarcas como atracción turística. Es una pena que no se puedan hacer fotos dentro, porque hay elementos de diseño en los mosaicos y alguno de los objetos realmente destacables. Dentro del paquete también está la colección de coches reales (no muchos) y una exhibición interesante sobre monjes y naturaleza. En el exterior veo a un grupo de monjes que se hacen mutuamente fotos con un iPad y un Samsung Galaxy.

Monjes F.C.

En un viaje anterior había tomado clases de cocina tanto en Tailandia como en Vietnam, y ahora era el turno de Laos.
Mercado de fruta y verdurasLo primero es visitar uno de los mercados locales y cómo elegir lo que vamos a cocinar, incluyendo una salsa de pescado cuyo olor levantaría a un muerto para volver a tumbarlo. De vuelta al aula nos ponemos a cocinar en pares. Me toca con una enfermera alemana que lleva unos 20 años viviendo en Suiza. Hacemos un total de cinco platos y nos muestran como hacer otros tres. Algún curry, ensaladas picantes y mucho uso de ajo y berenjena. Comemos tanto que queremos explotar. Una curiosidad es que uno de los profesores nos cuenta que pese a tener muy buen café, los locales prefieren tomarlo instantáneo. No hay cultura del expresso, los bares que tienen ese tipo de máquina son muy caros para alguien de Laos y la comodidad es lo que manda.

La esquina norte

Después de tanto comer se impone un largo paseo, por la ribera del Mekong, en el que me encuentro con varios de mis compañeros de viaje. Tomo un delicioso dulce que consiste en una pasta (como un arroz con leche aún más hecho) de arroz y leche de coco que se hace en una mini sartén y queda crujiente por fuera y cremoso por dentro. Me recordó a la leche frita.

De vuelta al hotel para descansar un poco se hace de noche, y me doy cuenta de lo tremendamente limpio que es el cielo en Laos y lo lleno de estrellas que está. Es como estar en medio de un campo a varios kilómetros de cualquier ciudad.

Última noche con los chicos. Cenamos en un sitio bien, en la calle principal. Mr. A. comenta que ha conocido a un monje novicio (17 años) que ha aprendido inglés en sólo un año y que viene de una familia rural sin muchos recursos. De hecho se ha metido a monje porque así podrá llegar a la universidad. Es el último día en Luang Prabang para todos: ellos se van a hacer senderismo a un día de distancia y yo me vuelvo a Bangkok.

La noche acaba con abrazos y promesas de amistad eterna.

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Tailandia - Laos: día 10

El hecho es que el colchón está lo suficientemente blando como para que duerma unas cuantas horas seguidas, pero lo bastante duro como para que empezase a ser incómodo a eso de las cinco y media de la mañana. ¿Y qué hace uno en esos lares si se despierta a esa hora? Pues salir a la calle al alba y presenciar el rito matutino por el que los lugareños (y algún turista japonés o 'farang') ofrecen comida a los monjes de los monasterios de la ciudad, que no tienen permiso para cultivar ni para cocinar.

Preparando las dádivas

A primerísima hora se empiezan a colocar las pequeñas banquetas en las que se sentarán los oferentes, poco después empiezan a llegar vehículos llenos de turistas cargados de cámaras de fotos, y a eso de las seis y veinte aparecen los monjes (un par de cientos) para recoger las dádivas en una especie de cesta que llevan.



Para desperezarme, me tomo un desayuno a la europea (de nuevo, muy buen café y decentes bollos) en la zona antigua y luego aprovecho las horas tempranas para visitar en solitario Wat Xieng Thong, el principal templo de la ciudad, que responde con creces a las expectativas.

Paseo por el centro (no es muy grande), tomo un tentempié en forma de bola de arroz frita (como un arancini sin relleno) y me subo al monte Phousi, con unas buenas vistas de la ciudad, y luego me doy una vuelta por la zona que hay detrás del monte, mucho menos turística y con no tanto encanto.

Algas del Mekong

Me paso al otro lado del río Nam Khan y acabo comiendo en un sitio precioso pero un tanto escondido que se llama Dyen Sabai. Me pido una bandeja de entrantes variados en el que hay un riquísimo cerdo desecado con sésamo, unas algas de río similares al alga nori y adornadas con cacahuetes y hierba limonera, unas verduras al vapor y una crema de berenjena ahumada que está para chuparse los dedos.

Para volver a la zona antigua tengo que usar una barca, ya que aún no han montado el puente de bambú que une ambas zonas cuando ya ha acabado la época de lluvias.

Un par de templos más tarde me convenzo de que Buda y los mosquitos no juegan en el mismo bando: no tiene sentido que cuando más te ataquen sea justo cuando estás todo tranquilo pensando en tus cosas (meditando, que se dice) en una zona recogida del templo.

Arnaud & André

Me tomo un te en una de las terrazas y me voy al mercado nocturno a reunirme con mis compañeros de viaje. Hoy se nos unen dos franceses que habían viajado con Mr. A. durante varias semanas en China. Cenamos hasta reventar en un puesto de mercadillo que funciona como un buffet en el que llenas el plato y pagas un euro y luego vamos a una zona un tanto más occidentalizada a tomar una copa. Algunos cometemos el error de pedir un vino ("es chileno, no puede ser malo"), y lo pagamos tanto con el bolsillo como con el paladar.

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