Florentino Pérez no hubiera tardado tanto en decidirse. El mismo lunes por la tarde hubiera anunciado que el nuevo Papa era Joseph Ratzinger, a partir de ahora Benedicto XVI. Está claro que es el más conocido, el único del que la gente se ha aprendido el nombre y el que más camisetas va a vender.

Todos los que decían eso tan bonito de que en el Cónclave 'el que entra Papa sale cardenal' han quedado a la altura de simples listillos. Y es que esta elección no tenía nada que ver con la que hizo Papa al amigo Wojtyla, que los tiempos cambian que es una barbaridad.

Otra cosa es 'lo que nos espera' con este hombre en una posición de tanta influencia como es la cabeza de la Iglesia Católica. Vamos a dejar de lado el detalle de que formara parte de las juventudes hitlerianas (un desliz lo tiene cualquiera, veamos a Manuel Fraga) y la imagen de 'coco' y 'hombre del saco' que gasta. Eso de que sus propios compañeros se refieran a él como "perro guardián de la ortodoxia" parece indicar que vienen tiempos de reconquista de lo correcto y las tradiciones. Justo ahora que en España parecía que los curas se iban a entender otra vez con la sociedad. ¿Impondrán la vuelta de Rouco Varela?

En fin, que uno es ateo y solo se preocupa por su influencia social/política (que no es poco). Pero los cristianos, que se preparen: a partir de ahora, el que haga cosas malas o no vaya todos los días a la iglesia, directitos al infierno. Y Ratzinger, a salir en las teles y ganar ligas para la causa.

Xx