"Mamá, mira, por fin encontramos la salida". No sé cuánto tiempo llevaba el crío en el Museo Metropolitan, pero yo había pasado algo más de tres horas y media disfrutando como un enano pero también necesitaba salir. Eso no es un museo, es una sala infitita que nunca se acaba. Es como para pasar un día entero allí, viendo cuadros (uno se llega a cansar de Degas después de 35 cuadros y 30 esculturas), piezas y objetos de todos los continentes y todas las épocas.. y hasta el patio completo de un castillo de Almería!!! Tremendo.

Después de visitar alguno de los principales mercados de comida preparada y delicatessen de NY (Dean&Deluca y Zabar's), visita al Upper East Side (Central Park a la izquierda) y concierto de tres nuevos grupos (el mejor Grizzly Bear) en una sala fantástica: Bowery Ballroom.

Al día siguiente amanezco en Harlem y visito El Barrio (Spanish Harlem), más animado que su hermano afroamericano. Día de compras varias, con parada (ver foto) en la tienda de juguetes FAO Schwartz para hacer el tonto en el piano que tocaba Tom Hanks en la peli Big mientras bailaba.

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